El fin último de la realización, descripto en gran parte de la tradición aristotélica y grecorromana, arribó a Mitre 550. Desde tal reducto, el diputado provincial Víctor Lamberto marcó el camino de lo que debiera ser la tarea parlamentaria. Es decir, el trabajo pensado en proveer alegría a los prójimos atribulados como principal meta de un representante de la “nueva política”. .